Me molesta cuando oigo alguien señalar un mal funcionamiento relacionado con los expedientes judiciales. Una gran parte de
nuestro equipo ha trabajado con esos archivos durante mucho tiempo y con mucha
entrega, en especial con los archivos de las jurisdicciones penal e
inmobiliaria; es doloroso darse cuenta que esa labor parece haber sido inútil.
En efecto, si no hay continuidad, las horas de trabajo
dedicadas a los archivos judiciales desaparecen. Los expedientes vuelven a
maltratarse. Los documentos vuelven a traspapelarse. El espacio falta. La capacitación
falla. El personal se desinteresa y todo vuelve – como dicen los militares – a la
posición anterior.
¡Qué pena!
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