Recientemente, conversando con unos amigos, salió a flote el tema de los archivos de la Jurisdicción Inmobiliaria, que todo nuestro equipo conoce bien por haber participado en su recuperación desde el año 2001. Un proyecto colosal, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo. A parte de los archivos se trabajó con tecnología de punta en su momento, con la cartografía dominicana. Se construyeron edificios. Se capacitaron empleados, agrimensores, jueces y registradores. Un gran proyecto en el cual me honra haber participado, con un excelente equipo, muy dedicado. Un gran logro del cual es testigo el público que entra a consultar documentos en las salas de consultas en todo el país. (Ver artículo publicado en la Revista Arhivelor en Bucarest en 2008: Un projet de numérisation: Les archives de la Jurisdiction Immobilière de la République Dominicaine ).
Pero cualquier proyecto, cuando deja de ser proyecto y se vuelve día a día, debe ser mantenido. En la parte que me concierne, o sea los archivos, lamento que todavía no se haya tomado decisión para una construcción de depósitos que lleva esperando ya varios años. El espacio actual, alquilado en el 2003 por 6 meses (!) no permite ya una conservación adecuada de los documentos inmobiliarios. Recordemos que esa documentación es de tipo permanente y nunca será enviada al Archivo General de la Nación (Ley 481-08).
Lo mismo pasa con el resto de los archivos de la Suprema Corte de Justicia, esperando también por esa soñada construcción para albergar sus archivos durante 50 años como manda la Ley General de Archivos. El Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, cuyos archivos penales fueron organizados por nosotros y entregados en el 2001, luce de nuevo abarrotado de documentos: no hay donde enviarlos. El mismo problema: el mantenimiento.
Esperamos que los cambios a venir en la Suprema Corte de Justicia aportarán también un cambio positivo en todos sus archivos.
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